Directed by Pablo Agüero. Deep in the heart of Patagonia, four women survive in the hardest conditions. They give birth at home, bring up their children alone. Half bad. Film de Pablo Agüero avec Samiha Aguirre, Humana Espectral Amarilla, Géraldine Chaplin: toutes les infos essentielles, la critique Télérama, la bande. ![]() ![]() Pablo Agüero![]() Madre de los mil nombres, madre de los mil siglos, madre de todos y de todo, la Madre Tierra y su equivalencia como Diosa Madre es un tema que aparece en muchas mitologías. El ancestral mito animista de una Madre Tierra como un organismo viviente es común en las creencias de muchas culturas a lo largo de la historia. Los pueblos agradecían a la naturaleza, en su conjunto, los bienes que esta les otorgaba. No se solía discernir entre el mundo vivo y no vivo, por cuanto para ellos toda la naturaleza lo era Las primeras representaciones simbólicas femeninas del Paleolítico (período que comenzó hace unos 2,5 millones de años (en África) hasta hace unos 10 000 años) son de carácter religioso. Antes de la revolución patriarcal, la mayor parte de las deidades humanas eran femeninas. En todo el mundo antiguo, desde Asia Menor al Nilo y desde Grecia al Valle del Indo abundan las estatuillas de la figura femenina desnuda, en diferentes posturas, de la diosa sostenedora y abarcadora de todo. La moderna arqueología viene descubriendo continuamente testimonios de la presencia de la Diosa entre la Humanidad desde los primeros tiempos. Madres De Los Dioses Pablo AgüeroSe han hallado diversas figuras pequeñas y, a menudo, corpulentas, en el transcurso de excavaciones arqueológicas del Paleolítico Superior, siendo quizás la más famosa la Venus de Willendorf (hacia el 22 000 a. C. Yağmurlu gecede gülperi izle. ) La venus de Willendorf, representa a la fertilidad y data del neolítico. Los senos y el abdomen se han exagerado intencionalmente con propósitos simbólicos: se trata de la gran diosa madre. Las imágenes más antiguas a través de las cuales los seres humanos dieron forma a una idea son las denominadas Venus o Diosas-Madre. Su presencia se extiende por toda Europa, Asia, África, Australia, América. Esto es realmente significativo, manifiesta una idea con gran arraigo entre las personas de todo el mundo hace más 30.000 años (probablemente es muchos miles de años más antigua), una idea que se fue diversificando y adaptando a las necesidades del momento, pero manteniendo sus signos distintivos comunes. Esa diosa madre primigenia es partenogenética, osea engendradora de vida a partir de si misma. La Gran Diosa era reina del cielo y madre de los otros dioses que se derivaron de ella. Hace unos doce mil años ocurrió lo que los arqueólogos e historiadores llaman “revolución neolítica” o “revolución agrícola”. También se produjo un cambio social. Hasta entonces los hombres se habían ocupado de la caza y las mujeres, de la recolección. La aparición de la agricultura, que potencia la tradicional tarea de la mujer, acarrea una nueva valoración del elemento femenino. La recolectora pasa a un primer plano. Se instituye el matriarcado. Según Karen Armstrong (2005), la revolución neolítica había hecho que el género humano tomara conciencia de una energía creadora que invadía todo el cosmos. Al principio era una fuerza sagrada indiferenciada que convertía la tierra en una manifestación de lo divino: “Pero la imaginación mítica tiende a hacerse más concreta y circunstancial. Al igual que la adoración del cielo había conducido a la personificación del dios del cielo, la maternal y nutritiva tierra se convirtió en la Diosa Madre”. “Las culturas más antiguas de la humanidad llegaron a la conclusión de que la vida surgía, se perdía y volvía a aparecer en un ciclo incesante (como les daban a entender las distintas fases de la luna, el renacimiento de la serpiente,). Entendieron que todos los elementos componentes de la naturaleza sin excepción (plantas, árboles, rocas, montes, agua, viento, sol, luna, estrellas, mar) eran seres vivientes como el ser humano mismo, puesto que todos esos elementos tomaban parte de igual manera en el ciclo de vida, muerte y regeneración. En el marco de este pensamiento animista, concluyeron que la naturaleza en su conjunto era una mujer/madre generadora de vida y crearon la gran metáfora que ha marcado el pensamiento del ser humano hasta nuestros días. Privatsphäre. Hoy en día está plenamente documentado que esta metáfora de natura/mujer es patente en todo el arte neolítico a través de miles y miles de imágenes”. Josu Naberan, “La vuelta de Sugaar”. Después de la revolución del Neolítico, es la diosa femenina la que recorre el mundo, lucha contra la muerte y obtiene el sustento de la raza humana.
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Marzo 2019
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